Construyendo la Cúpula - Parte 2
El llanto de la oscuridad
crecía fuerte aquella noche.
Los gritos, silenciosos,
inundaban de negro el bosque.
Ella sucumbía arrodillada,
el corazón latente en sus manos.
Teñida de rojo su mirada,
sangre negra en su regazo.
Los latidos se murieron,
el viejo reloj cayó al suelo.
Ladrillos de cristal nacieron,
del corazón que se iba pudriendo.
Como llevada por la nada,
como guiada por un instinto,
ella formó una pared
transparente como su espíritu.
El mundo muerto se acercaba
y no sonaba amistoso.
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