Envidia

Un día, un amigo no puede hablar, que está ocupado porque se le está declarando una de clase. Otro, lo deja con su novia, estando yo presente... claro que dos días después de que yo me vaya (una semana después de dejarlo con la anterior, aproximadamente) empieza con otra. Otra que está en época de enrollarse con algunos, aunque parece que ha encontrado al amor de su vida y va a tener estabilidad (¡JA!). Otro amigo apenas tiene tiempo para quedar porque lo aprovecha con su novia. Otra pareja, les ha dado tiempo a cansarse de estar siempre enrollandose el uno con el otro, así que se han dado una semana de free-for-all, para así luego volver con más fuerzas (o algo así, esas son cosas que todavía se me escapan). Hay uno que lleva con su novio ya casi un año... fíjate si es feliz, que no actualiza el blog desde hace siglos. Otro se ha ido a vivir a un piso con su novia.
...
Tiene cojones. Yo llevo aquí más de dos años desde que mi última relación seria se terminó (porque, realmente... ¿lo de Mel se puede considerar serio?), y un año desde la última vez que me besé con alguien (oh, sí, y si miráis el blog por aquella época, podréis comprobar los nefastos resultados).
En serio, ¿todavía esperáis que crea en el amor (creo, pero de la misma manera en la que un científico creería en las hadas... queriendo creer, más que creyendo. Creyendo a pesar de saber que no existe)?... Os diré lo que creo (porque si estáis leyendo esto, es porque os interesa mi opinión. Eso si alguien lo lee), creo que el amor es una ilusión. Algo que no existe. Algo que ha sido creado para los demás, simplemente para que yo tenga la ilusión de poder alcanzarlo. Algo así, como un lago en el que todos pueden bañarse... solo que cuando yo me acerco era un espejismo en el desierto.

A partir de ahora, Love is an illusion pasa a formar parte de mis refranes personales ("Guía para la vida de Íbiel Meréideal", huh?).

Wishlist

He decidido hacerme un wishlist. ¿Qué es eso? Fácil, yo ahí pongo esas cosas que me gustaría tener, y a medida que las vaya consiguiendo iré tachándolas, o iré añadiéndo a medida que vea más cosas que me gusten. ¿Para qué? Muy fácil. Por si alguien quiere ayudarme a conseguirlas, o simplemente es mi cumpleaños o algo por el estilo, y no sabéis qué regalarme, por ahí tenéis la respuesta. ^^

Razón aquí.

El misterio de los comentarios desaparecidos

Érase una vez, un ser que publicaba un blog. Cierto día, una amiga le reprochó el que hubiese borrado su comentario. Él, extrañado, dijo que no había borrado ningún comentario. Fue a su blog para comprobarlo, y efectívamente, donde antes había dos comentarios (siendo el segundo el de su amiga) y una respuesta suya, ahora solo quedaba el primer comentario.
Extrañado, pidió ayuda, y encontró una solución. Alguien le dijo una curiosa manera de solucionarlo. Debía admitirlo, él no creía que fuese a funcionar, pero funcionó.
«Qué puntos más raros le dan a veces a la tecnología», se dijo.

O más concretamente: de cómo perdí mis comentarios y una extraña solución los trajo de vuelta.

Diviértanse con la lectura.

A veces yo también decepciono a los humanos.
No a todos a la vez, obviamente.

Lo siento...

Humanos (and here we go again)

Dicen que el ser humano es el único animal que tropieza dos veces con la misma piedra. Ahí yo veo dos fallos, para empezar, yo creo que considerar al ser humano un animal es un insulto (para los animales, obviamente), y segundo, la palabra "dos" debería ser cambiada por "varias". Mi piedra ha sido confiar en los humanos, y digamos mi comportambiento más humano ha sido hacerlo varias veces. Así, yo cambiaría el refrán, lo mejoraría, y lo dejaría en: "el humano es el único ser que, si le das la oportunidad, te decepciona dos veces".

Porque una persona te decepciona, y te hace daño. Pero se perdona, no fue a propósito. Bien, vale. Se perdona.

Y con el tiempo, reconfías en esa persona.

Y pasado el tiempo, esa persona quiere quedar contigo. Y dices "sí, ¿por qué no? Hace siglos que no quedamos". Pero; oh, my! Apple pie!, no todo es flores, azucar, y muchas cosas bonitas; también está el ingrediente X. Que, obviamente, no siempre da superpoderes, es X, el efecto es distinto cada vez. Así pues, llega el momento en el que quedas para pasar toda la tarde. Quedas a un sitio al que no te gusta ir. Quedas a una hora a la que no te gusta quedar, pero quedas, porque merece más la pena ver a esa persona que no ves desde hace siglos. Podrías quedar con ese otro amigo que lleva tiempo queriendo quedar contigo, pero no hoy, hoy tienes planes, ya tienes la tarde ocupada... porque la tienes, ¿verdad?

Mentira, en realidad, porque llega el momento en el que te dicen con indirectas que te vayas, con indirectas que de hecho dejan la decisión de irte en tu mano (yeah, right), así no puedes quejarte si te vas. Porque es mucho mejor así que decirlo directamente (¡ohnoes, directamente! ¡Qué horror!). Y te ves con toda una tarde muerta por delante, que bien podrías haber usado para quedar con tu otro amigo (pero obviamente es demasiado tarde, él ya tendrá planes), y en la que te ves sin hacer nada. ¡Yupi, yupi, yay!

Pues eso, que el humano es el único ser que, si le das la oportunidad, te decepciona dos veces.