Nombre
: Íbiel "Xib-X" Berciano, AKA Sheinnandhosh    Nacimiento: Primer dí­a del año 13452
         
Bueno, pues yo soy Íbiel, un elfo friki que se ha hecho su blog. Y es que ahora cualquiera puede hacerse un blog... hasta yo. Me gusta el heavy metal, Nightwish, leer, las bandas sonoras, Matrix, dibujar, manganime, los videojuegos, la sangre...
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viernes, agosto 24, 2007

Denisse

Toc, toc, toc...

Abrí la puerta, y fuera me encontré a Denisse, empapada por la lluvia, pero sonriente.

— Ah, has venido —la miré de arriba abajo, pensando qué hacía fuera aún, con la que caía—. Entra, entra, acabo de hacer té —serví una taza—. ¿Azucar?

— Sí, por favor. Tres cucharadas.

Tres cucharadas serví.

— Y a mí que no me gusta tan dulce... Hmmm... Desearía que fuera invierno.

— Sí, es mejor.

— Sobretodo para el té. Se disfruta más.

— ¡Cierto, cierto!

— Además... En invierno, la chimenea no parece tan inútil como en verano. La lluvia resbala por las ventanas, pero sigue siendo verano.

Se hizo un largo silencio. Cada cual disfrutó su té, sin necesidad de decir nada.

— Y, dime... —rompí el silencio— ¿Cómo me quedó el té? Es que nunca había hecho para invitados.

— Está perfecto, pero dime, ¿de qué es?

— Té verde. Lo cultivo yo mismo. Te invitaría a mi jardín, pero con esta lluvia...

— ¡Delicioso! Pero sigo prefiriendo el té de flor de azahar.

— Hmmm... Flor de azahar. No tengo en mi jardín. Pero lo tendré en cuenta para la próxima vez —miré por la ventana—. La lluvia ha amainado.

— Pero las nubes no se han ido. Volverá a llover.

— Claro. La lluvia no viene para quedarse sólo unas horas. Es tan hermosa, que necesita quedarse más. No sería justo que se quedase sólo unas horas, ¿y si aquel que no estaba se perdió su belleza?

— Cierto. No es justo.

— Pero en realidad... —me levanté de mi silla, y me puse a recoger los platitos, tazas, cubiertos... ya vacíos de té— ... lo decía porque eso significa que ya podemos salir al jardín, si quieres.

La sombra se levantó y miró por la ventana.

— De acuerdo, hará un hermoso viento fresco a esta hora.

— Aunque quizá no se note tanto desde mi jardín. No es gran cosa... Eso sí, no hay nada mejor como el olor de la hierba mojada —abrí el grifo y aclaré los utensilios de cocina. Los coloqué en el escurridor. La miré—. Además, tengo un bonito surtido de rosas negras.

Ella me miró seria.

— ¿Qué ocurre, Íbiel?

— ¿Hmmm...? ¿Qué ocurre de qué?

— Sí, ¿qué ocurre? No sueles ser decir así las cosas... de una manera... dramática...

— No ocurre nada. Simplemente somos dos personas, en mi cabana, habiendo disfrutado de un té, que deciden ir a ver el jardín. Y si te he mirado al decir lo de las rosas negras, es porque supongo que te gustan bastante.

— Bueno, supones bien.

— ¿Ves? No hay nada raro.

— Es que... pareces un poco menos alegre de lo normal... y eso es decir mucho...

Cogí la llave de la puerta trasera de mi hogar, y abrí la puerta con ella.

— Bueno, aquí está mi jardín... Y, estoy bien, tranquila. Simplemente, me duele un poco la cabeza... Por eso quiero estar tranquilo, disfrutar de una tarde en mi cabaña con mi invitada —levanté una ceja—. ¿Es eso malo?

Ella sonrió.

— No, para nada —salió al jardín—. Qué hermoso.

Salí tras ella.

— Hmmm... Nada como disfrutar de la tierra mojada con los pies descalzos.

— Parece que me equivocaba —miró arriba—. El cielo se está despejando, parece que ya no lloverá...

— No creas —miré al cielo también—. Con suerte, esta noche leeré a la luz de los truenos —me agaché y acaricié uno de los lirios—. Al menos eso espero —sonreí.

Ella se agachó a mi lado, y miró los lirios, que estaban llenos de gotas de lluvia.

— No estés tan seguro, a veces las cosas no salen como queremos...

Sonreí con ironía, mirándola a los ojos.

— ¿Soy yo el que está triste?

Me levanté, y me acerqué a mi rosa negra. Le susurré algo apenas audible más que para mí y la rosa. Denisse se sentó en la hierba húmeda y jugó con ella.

— ¿Sabes? —no levantó la mirada— Algunas personas tenemos la tristeza con nosotros todo el tiempo... —la levantó— Pero no tiene que ser así contigo.

Me giré para mirarla.

— ¿Quién ha dicho que lo sea? —entré en casa, y salí con un plástico— Ten, no querrás mancharte la ropa de barro, ¿verdad?

Se limitó a sonreír y mirar hacia el cielo.

— Pero si no estoy llena de barro, ¿cómo recordaré que estuve sentada aquí? Sea o no sea un poco de barro, no importa en realidad. Se quitará con agua.

Sonreí.

— Cierto —me senté a su lado, a pesar de lo reducido del jardín. Alcé una mano al cielo, a punto para cazar una gota que caía rezagada de las nubes.

— Dime, ¿qué le decías a la rosa?

La miré, con una sonrisa pícara dibujada en mi rostro.

— ¿Tan importante te parece?

Me miró con expresión de obviedad.

— ¡Claro! Algo debe ser tan importante si se lo dices a una rosa.

Solté una risita.

— Sólo la estaba saludando.

Miró al cielo.

— Ya veo...

— Las flores necesitan también palabras bonitas... No pueden vivir solo de secretos, o cosas importantes.

— Igual que las personas.

— Igual que las personas. Por eso estoy disfrutando más que nunca esta tarde —sonreí—. A pesar de que no somos exactamente personas.

Ella rió.

— Oh, son solo detalles...

De nuevo, estuvimos unos segundos sin decir nada, ni hacer nada, disfrutando el momento. Agarré su mano.

— Tú eres una amiga de verdad —apretó mi mano y sonrió—. Aunque... —aparté la mirada, sin soltar su mano— Es triste, porque a veces pienso... Que tú... —apreté aún más su mano, pero con dulzura, y la miré— Eres mi única amiga de verdad.

Me miró a los ojos.

— No pienses eso —me dijo, con suavidad y firmeza al tiempo—. A veces todos pensamos así, pero no es cierto. En los peores momentos es cuando sabemos si tenemos amigos. Sé que los tienes, en plural.

— Amigos, sí. De verdad... Tú, y quizá Alicia. No sé —sacudí la cabeza—. Olvídalo.

Ella sacudió lo cabeza en gesto de negación.

— No.

— Son sólo tonterías que tiene uno.

— No son tonterías.

— Quizá no. El tiempo dirá.

Sonrió.

— Intenta ser más positivo, quizá el tiempo sea mañana, o pasado, o en unas horas.

Sonreí también.

— Lo sé. Sólo dije "a veces pienso". No siempre.

Sonrió de nuevo, se levantó y se acercó a la rosa.

— Por ejemplo, aquí tienes otra amiga, que te esucha en silencio.

La miré, a la rosa, luego a ella.

— Sí, es cierto —hubo una pausa, luego suspiré—. ¿Puede haber mejor tarde que esta?

Me miró, y sonrió.

— No lo creo.

Me sonrojé.

— Me alegra, y me honra.

Y así nos quedamos, hasta que ella miró el sol que se escondía por el horizonte.

— Es una lástima que termine, ¿verdad?

— Oh, vaya... Tienes que irte.

— Lamentablemente, así es.

— Vaya.

Me levanté, y la acompañé hasta la puerta delantera. La abrí, la dejé pasar, y la cedí un paraguas.

— Por si acaso llueve durante el camino —aparté un mechon de pelo de su cara—. Espero que esta tarde se repita —sonreí.

Ella me devolvió la sonrisa.

— Esperaré esa tarde con ansia. Gracias por el té.

— Gracias a tí, ha sido un honor tenerte. Yo también espero la siguente tarde, y prometo que tendré azahar para entonces. Que el camino te sea amable.

— Adiós, pues. Que la lluvia limpie tus penas.

Se dió media vuelta, y, segun abría el paraguas, comenzó a llover.

4 Anotaciones:

Anonymous Anónimo garabateó...

Not really sure of what to say, but hope that anyway you find kind of me my writting. I gotta comment you a couple of things 'bout the text :s. Not planning to spoil your conversation, don't worry.

7:14 p. m., agosto 24, 2007  
Blogger Sombra garabateó...

Vaya, se ve más lindo todo seguido y sin el msn, verdad?

10:12 p. m., agosto 25, 2007  
Blogger Sheinnandhosh garabateó...

De hecho, sí, todo es mejor sin el messenger. :P

3:38 a. m., agosto 26, 2007  
Blogger Sheinnandhosh garabateó...

Oh, and for you, mi lil one (Closto, my friend), don't say nothing bad about this one. It's the best conversation I ever had, so don't say ANYthing bad about this if you don't wanna die. Just that.

3:41 a. m., agosto 26, 2007  

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